Quiénes somos
Nos gustaría decirte más de nosotros y puedas saber quiénes somos
¿Quiénes somos?
Bienvenidos a Posada Boutique Victoria, un proyecto que nació del amor por Mérida y la pasión por brindar experiencias inolvidables.
Somos Aura Acevedo, la socia mayoritaria, y Ricardo Acevedo, el Gerente General y piloto de parapente. Juntos, hemos unido nuestros conocimientos y entusiasmo para crear un lugar donde la magia de Mérida se une con el confort y la aventura.
Con una visión clara de proporcionar hospitalidad excepcional y momentos únicos a nuestros huéspedes, nos hemos comprometido a cada estancia en una experiencia extraordinaria. Nuestra pasión por el parapente y la belleza de los paisajes montañosos nos llevó a ofrecer vuelos emocionantes que te permitirán apreciar la grandeza de Mérida desde las alturas.
En Posada Boutique Victoria, te garantizamos una atención personalizada y un ambiente acogedor que te hará sentir como en casa. Estamos comprometidos con la seguridad y calidad en cada detalle, asegurándonos de que tu estadía sea inolvidable y llena de emociones.
¡Gracias por ser parte de nuestra historia y permitirnos ser parte de la tuya! Esperamos con ansias recibirte y compartir momentos inolvidables juntos.
Aura Acevedo
Presidente
A la tierna edad de 20 años, dejé el campo y viajé desde mi ciudad natal de San Cristóbal a la encantadora ciudad de París. Efectivamente, no era una ciudad cualquiera, era una época en que Venezuela rugía como un león entre los mejores. países de las Américas Como venezolana, navegué sin problemas por las calles de París sin que nadie preguntara sobre mi origen o destino.
Venezuela se mantuvo orgullosa en el escenario mundial, venerada por su progreso económico y modernidad. A lo largo de mi vida, he sido una persona resuelta, creyendo siempre que las imposibilidades son pocas, excepto una que no se mencionará, pero que se comprenderá universalmente.
Fue en Europa donde conocí a mi esposo, un momento crucial que ha dado forma a mi vida de las maneras más hermosas. Fuimos bendecidos con cinco hijos, aunque uno partió prematuramente para unirse a los ángeles. Quedan cuatro, que ejemplifican cualidades de generosidad, camaradería y hermandad. Como todos los humanos, ellos también tienen sus defectos, pero son la encarnación de los lazos familiares.
Después de 45 años de ausencia, tomé la audaz decisión de regresar a mi amada Venezuela, específicamente a Mérida, la ciudad de los caballeros, donde comienza la cordillera de los Andes. A pesar del escepticismo prevaleciente, mi determinación de regresar se mantuvo firme. Las dudas persistieron, pero siempre he sostenido que un país es similar a una madre. Del mismo modo, la conexión con la patria de uno es profunda.
Habiendo tenido el privilegio de viajar por el mundo, puedo dar fe de que cada país cuenta con su belleza única. Sin embargo, las emociones, las experiencias y la calidez que uno siente en Venezuela no tienen paralelo. La gente, los paisajes y la camaradería compartida incluso entre extraños no tienen precio.
Hoy me dedico al empeño que es Posada Boutique Victoria, aportando mi esfuerzo y mi espíritu para allanar el camino para cuando nuestra querida Venezuela recupere su paso. Estamos listos para galopar en unidad hacia la Venezuela próspera que aspiramos recuperar.
Además de nuestros esfuerzos económicos, estamos embarcados en un proyecto social transformador con la “Fundación Victoria”. Este año marca el inicio de una clase de primer grado completamente en inglés dentro de la escuela pública de un vecindario con recursos limitados. Este innovador programa piloto hará que los estudiantes reciban clases tanto en español como en inglés, lo que garantiza una educación bilingüe. Para cuando completen el sexto grado, hablarán con fluidez ambos idiomas. Esta empresa ambiciosa busca su apoyo para prosperar.
Ricardo Acevedo
Director Gerente
Expresar quién eres a veces puede ser una tarea compleja, sobre todo cuando tus convicciones son profundamente personales. No obstante, intentaré darme a conocer. Soy Ricardo José Acevedo Addari, nacido en Caracas en el año 1990. Mi madre, Norelvia Addari, y mi padre, José Acevedo, son de Caracas y Colombia, respectivamente, aunque sinceramente, mi padre es venezolano, por diversas razones, mi familia y yo nos mudábamos con frecuencia, lo que dificultaba la ubicación exacta de mi educación primaria y secundaria. A pesar de los desafíos, sobresalí en la escuela primaria. Sin embargo, tuve que repetir el primer año de la escuela secundaria debido a otra mudanza. Esto fue bastante impactante ya que me consideraba un estudiante diligente.
Tuve el privilegio de asistir a la Escuela Técnica Industrial de La Victoria, donde adquirí valiosos conocimientos y encontré excelentes profesores durante mi segundo y tercer año. Sin embargo, otro movimiento estaba en el horizonte, y este fue más profundo cuando nos instalamos en Mérida. Mi hermana menor, Norelis Acevedo, quien es solo dos años y medio menor que yo, se vio afectada aún más por estos cambios. Como hermano mayor, es casi una tradición burlarse del menor diciendo que es adoptado, ¿no es así?
Ambos dejamos atrás nuestras amistades y nuestro entorno familiar, pero mi amigo de la infancia, un hermano elegido, siguió siendo una constante en mi vida. A pesar de las distancias, nuestro vínculo se mantuvo fuerte, y aún anticipo su visita a Mérida.
A los 16 años, mi llegada a Mérida me expuso a un choque cultural. Yo era bastante introvertido, mientras que mis nuevos amigos eran extrovertidos. Esta experiencia poco a poco amplió mis horizontes, enseñándome que un abrazo de un amigo no significaba nada más que camaradería. La transición a la ciudad de El Vigía intensificó esto, ya que es un crisol de diversas influencias, dándome un acento ecléctico que mezcla las características de Caracas, Gocho y Maracucho. En la secundaria forjé un vínculo estrecho con Edgar Contreras, un hermano elegido, y descubrí más amigos en mi barrio.
Desde muy joven trabajé junto a mi padre, quien se especializó en sistemas eléctricos y de refrigeración. Esta experiencia práctica nos enriqueció a ambos. Cuando tenía 19 años, mi madre dio a luz a otro hijo, un varón, en 2009. Esta incorporación inesperada, llamada Francisco Acevedo, se convirtió en lo mejor que me ha pasado en la vida. Lo aprecié desde que estaba en el útero e inventé innumerables juegos para que los disfrutáramos.
Al terminar la secundaria, me embarqué en la carrera de ingeniería eléctrica en el Núcleo El Vigía de la ULA. Si bien mi inclinación inicial fue hacia los estudios de hotelería, el destino me llevó a la ingeniería. Completé cuatro semestres, pero enfrenté desafíos para continuar en Mérida debido a limitaciones económicas. Simultáneamente cursé la carrera de administración de empresas en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez.
En 2016, mi hermana se fue del país y floreció mi vínculo con mi tía Aura, que residía en el extranjero. Nuestra visión compartida condujo a proyectos ambiciosos. La adquisición de una casa colonial en Mérida marcó el inicio de nuestro camino. Si bien la restauración planteó numerosos desafíos, nuestra creatividad conjunta, sentido común y habilidades nos permitieron superarlos. La transformación de la casa dio origen a la Posada Boutique Victoria, que combinó la elegancia europea con el nombre de mi abuela paterna, Victoria Carvajal.
Si bien no pude estudiar hotelería, mi experiencia en administración de empresas resultó invaluable para darle vida a este proyecto familiar. Nuestros esfuerzos continuos, infundidos con fe y energía positiva, apuntan a hacer de Posada Boutique Victoria una joya preciada en Mérida. Enclavada en un valle entre la Cordillera Norte y Sierra Nevada, cerca del teleférico más largo del mundo, la ciudad de la eterna primavera encanta con su belleza y su maravillosa gente.
Entre mis sueños está aprender a volar aviones. Aunque las circunstancias impidieron el entrenamiento formal de aviación, encontré consuelo en el parapente. Mi pasión se encendió cuando me embarqué en mi primer vuelo en parapente en tándem y, posteriormente, obtuve una licencia de piloto en el campo. Actualmente, soy un piloto intermedio en camino a obtener una licencia de piloto biplaza.
En 2021, un incidente me dejó con una lesión en la espalda, lo que me recuerda que el exceso de confianza puede provocar contratiempos. La vida dio otro giro cuando mi padre, mi madre y mi hermano se fueron del país, dejándome en Mérida. A pesar de los desafíos, sigo siendo resiliente, adaptándome al cambio y encontrando apoyo en lugares inesperados.
A medida que continúa el proyecto en curso de Posada Boutique Victoria, desempeño muchos roles: gerente, diseñador, ingeniero, electricista, mantenimiento de piscinas, recepcionista y más. El aprendizaje sigue siendo una constante, al igual que la búsqueda de disfrutar los momentos fugaces de la vida. Gracias por tomarse el tiempo para explorar estas líneas. Espero que encuentres motivación dentro de ellos para tu propio viaje. Los invito a experimentar Posada Boutique Victoria, un refugio cálido y acogedor que ofrece las comodidades del hogar y un escape de lo común.
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